En Ucrania ya no se sorprenden del hecho en qué medida la diplomacia rusa se haya convertido en una herramienta de la mentira del Kremlin, como por ejemplo, al acusar a Ucrania de “preparar provocaciones”.
Sin embargo, es una nueva operación de información. En realidad, es Rusia que ha desplegado a lo largo de la frontera con Ucrania un ejército de más de 80 mil personas preparadas para el combate, ha colocado los complejos misilísticos “Iskander”, ha desplazado al territorio de Crimea 100 aviones de combate de nuevo tipo SU-27 y SU-30, capaces de accionar sobre todo el territorio del Mar Negro y casi toda Ucrania. Únicamente durante dos últimos meses la cantidad de los tanques rusos en nuestra frontera se aumentó en 300 unidades.
El 25 de noviembre de 2018 Moscú llevó a cabo actos de la agresión armada abierta cerca del estrecho de Kerch y en el Mar Negro.
Ahora el Canciller S.Lavrov asusta a Ucrania y a la comunidad internacional con “unas provocaciones”, buscando un pretexto diplomático y propagandístico para la militarización por Rusia de la Crimea y el Donbás ocupados, así como para el despliegue de su potencial ofensivo en la frontera con Ucrania.
Esta nueva mentira rusa será desmentida hoy con la aprobación por la Asamblea General de ONU de la resolución “Problema de la militarización de la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastópol (Ucrania), así como partes del mar Negro y el mar de Azov”.
La soberanía de Ucrania sobre Crimea y Donbás será restablecida, pero no de un modo militar, sino por una vía política y diplomática que corresponda al derecho internacional.