El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania está indignado con la decisión unilateral de la Federación de Rusia de retirar el 19 de diciembre de 2017 a los militares de las fuerzas armadas rusas del Centro conjunto de control y coordinación para el cese al fuego y la estabilización de la línea de separación de las partes (CCCC, ciudad de Soledar, región de Donetsk).
Consideramos que este paso sin precedentes de Rusia es una nueva provocación que socava de manera considerable los Acuerdos de Minsk y una tentativa de eximirse de cualquier responsabilidad, como parte de conflicto, de las consecuencias de la agresión armada contra nuestro país.
Este paso vuelve a evidenciar que Moscú no abandona los intentos de obligar a Ucrania y a nuestros socios internacionales de iniciar el llamado “diálogo directo” con los combatientes de grupos armados ilegales que actúan en el territorio temporalmente ocupado de algunas áreas de las regiones de Donetsk y Luhansk de Ucrania bajo el control total y con apoyo completo por parte de Rusia.
Con su decisión el Kremlin aumenta considerablemente los riesgos de seguridad para la Misión Conjunta de Observación (CMM) de la OSCE, inclusive con el objetivo de imponer a Ucrania y a sus socios internacionales de la opción inaceptable del despliegue de las fuerzas de paz de la ONU en el Donbás.
La Federación de Rusia, como parte del conflicto en el Donbás, debe llevar toda la responsabilidad por el desarrollo de la situación de seguridad y la garantía de la seguridad de los observadores de la CMM OSCE en el territorio que está temporalmente fuera del control del Gobierno de Ucrania.
La parte ucraniana del CCCC continuará sus actividades en el régimen habitual, cooperando con la CMM OSCE en el formato bilateral y aplicando todos los esfuerzos posibles para garantizar la seguridad del personal de la Misión durante la realización de su monitoreo en el ámbito de su mandato.
Ucrania se dirige a sus socios internacionales con el pedido de aumentar la presión política y diplomática sobre el Kremlin para evitar los riesgos que puedan llevar al fracaso de los Acuerdos de Minsk.