El 31 de agosto de 2018 el Tribunal que considera el caso de Ucrania contra la Federación de Rusia de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar del año 1982, publicó su ordenamiento procesual, que establece que el Tribunal comenzaría su consideración con una decisión sobre algunas protestas en lo que se refiere a la jurisdicción, expresadas por la Federación de Rusia.
El 19 de febrero de 2018 Ucrania entregó al Tribunal su memorándum que comprueba que Rusia ha violado los derechos soberanos de Ucrania en el Mar de Azov, el Mar Negro y el estrecho de Kerch. El Memorándum Ucraniano mostró que, a partir de 2014, Rusia ha privado ilegalmente a Ucrania de la realización de sus derechos del Estado ribereño, ha explotado y sigue explotando los recursos soberanos ucranianos para sus propios fines, así como ha usurpado el derecho de Ucrania de controlar sus propios espacios marítimos. Al violar el derecho internacional, Rusia, entre otro, está robando los recursos energéticos y pesqueros ucranianos, haciendo el daño a los pescadores ucranianos, así como bloqueando la entrada de los buques en los puertos ucranianos.
En vez de responder sobre aspectos sustanciales del caso de Ucrania, el 22 de mayo de 2018 la Federación de Rusia presentó sus protestas en lo que refiere a la jurisdicción del Tribunal, lo cual está permitido por el Reglamento del Tribunal. Según la práctica ordinaria, antes de entrar a analizar la esencia del caso, el Tribunal decidió considerar estas protestas.
Ucrania no cree que las protestas jurisdiccionales de la Federación de Rusia sean argumentadas, o bien, que sean aceptadas por el Tribunal.
La protesta principal de Rusia consiste en que las demandas de Ucrania de hecho no tienen ninguna relación con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, sino son una tentativa de obtener una decisión que confirme la soberanía de Ucrania sobre la península de Crimea. Esta protesta interpreta incorrectamente la demanda de Ucrania. Ucrania pasó su caso al arbitraje sobre los derechos de un Estado ribereño en el Mar Negro, el Mar de Azov y en el estrecho de Kerch, que están fijados y definidos en la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar. El hecho de que Ucrania goza de estos derechos marítimos está bien reconocido por la comunidad internacional – a lo largo de más de veinte años desde la proclamación de la independencia, la posibilidad de Ucrania para realizar sus derechos, lo cual ahora es el objeto de la disputa, nunca ha sido disputada. Eso es la principal función del sistema de solución de controversias en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar: considerar tales demandas, como las presentadas por Ucrania, incluso con las tentativas de un estado-firmante de intervenir y usurpar los derechos del mar de otro estado-firmante. Aún más, la soberanía ucraniana sobre la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastópol no necesita ninguna otra confirmación, ya que está reconocida por la comunidad internacional en su totalidad, lo que fue tres veces reiterado por la Asamblea General de la ONU (en 2014, 2016 y 2017).
Otras protestas jurisdiccionales de Rusia tampoco son argumentadas. Por ejemplo, cuando Rusia menciona su segunda más importante objeción de la jurisdicción, ella afirma que el Mar de Azov y el estrecho de Kerch no se regulan por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, ya que Ucrania y Rusia han acordado sostener estas aguas como “aguas interiores comunes”. Sin embargo, de hecho, Rusia se ha apoderado de los yacimientos de gas ucranianos en el Mar de Azov, pretendiendo unilateralmente anular las licencias ucranianas para estos yacimientos de gas, construir unilateralmente un puente y otras construcciones a lo largo del estrecho de Kerch, así como imponer limitaciones unilaterales al tamaño de los barcos que pueden entrar en el estrecho. Cada una de estas acciones es incompatible con la estipulación rusa que Ucrania y Rusia tienen una soberanía común sobre el Mar de Azov y el estrecho de Kerch, ya que esto debería otorgar a Ucrania el derecho a participar en la extracción del carbón, las actividades de construcción, navegación y otros tipos de las actividades en los espacios marítimos, mientras Rusia excluye con su actitud tal posibilidad para Ucrania.
El Ministerio de Relaciones Exteriores está dispuesto a responder a todas las protestas rusas ante el Tribunal. Ucrania considera que la Federación de Rusia debe ser y será llevada a la responsabilidad por sus flagrantes violaciones del derecho del mar internacional.