La terminación de la farsa judicial en Rusia en relación a Natalia Sharina, directora de la entidad estatal rusa “La Biblioteca de Literatura Ucraniana de Moscú”, y su sanción de privación condicional por cuatro años de libertad constituye una nueva evidencia de la paranoia anti-ucraniana del régimen ruso, que está convirtiendo hoy en sus víctimas tanto a ciudadanos ucranianos, como los rusos.
Durante muchos años las autoridades rusas ha estado demostrando todas sus herramientas de la lucha contra todo lo relacionado con Ucrania, con nuestra lengua y cultura. La única entidad estatal de la cultura ucraniana en Rusia – la Biblioteca de literatura ucraniana de Moscú – funcionaba bajo las condiciones de allanamientos, de confiscaciones de libros y equipamientos, de chantajes e intimidaciones a los funcionarios por parte de las agencias policiales rusas, de detenciones y descréditos de sus dirigentes.
Expresamos las palabras de sincero respeto y agradecimiento a Natalia Sharina y a todos los funcionarios de la biblioteca, los cuales, gracias a su devoción y alto profesionalismo, en estas condiciones extremadamente difíciles aseguraban el digno funcionamiento de la entidad.