El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania está profundamente preocupado con el considerable agravamiento de la situación de seguridad en la zona de la operación antiterrorista (ATO).
Tan sólo durante el período entre el 22 y el 24 de julio las milicias pro-rusas con el apoyo de la Federación de Rusia abrieron fuego 189 veces contra las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania. En esos bombardeos ellos siguen utilizando, de manera demostrativa y descarada, los tipos de armamentos que están prohibidos por los acuerdos de Minsk.
Fueron realizados disparos contra las posiciones de los militares ucranianos y de la infraestructura civil, incluidas casas residenciales, con cañones de calibre 122 mm – 89 veces, con lanzaminas de calibre 120 mm – 30 veces, con lanzaminas de calibre 82 mm – 50 veces. Cerca de las localidades de Novozvanivka, Trudovske, Avdiivka fueron registrados 6 enfrentamientos bélicos que resultaron en bajas entre los militares de ATO.
Se sigue registrando la presencia de gran cantidad de armas pesadas rusas, las cuales, según los acuerdos de Minsk, deberían haber sido retiradas de la línea de contacto.
La escalada premeditada de la situación de seguridad se realiza simultáneamente con el suministro en masa de material bélico, armas y municiones por la Federación de Rusia, junto con el envío de nuevos mercenarios y militares activos del ejército ruso.
Desde el inicio de julio corriente 19 convoyes ferroviarios cargados de armas y material militar han traspasado el tramo de la frontera ucraniano-rusa que está temporalmente fuera de control, desde el lado ruso. Violando las normas del derecho internacional y los compromisos en el área del control de exportaciones de armas, Rusia introdujo en el territorio ucraniano 19 tanques T-72, 3 sistemas reactivos de lanzamientos múltiples “Grad”, 2 cañones autopropulsores, 11 carros blindados de infantería.
Además, del territorio de la Federación de Rusia fueron enviados 130 tanques (6600 toneladas) de combustible y lubricantes y 14 vagones de munición (aproximadamente 560 toneladas). En el territorio, temporalmente no controlado, entraron 9 columnas de automóviles, que incluyeron, entre otras cosas, 44 camiones con municiones, 34 surtidores de combustible, 77 unidades de vehículos.
Unos aviones no tripulados rusos ilegalmente cruzaron la frontera ucraniano-rusa tres veces y, al cumplir sus tareas de inteligencia en el espacio aéreo de Ucrania, regresaron a sus bases en el territorio de la Federación de Rusia.
Se observa claramente la política dirigida a la intimidación de observadores de la Misión de Observación Especial de la OSCE en Ucrania, la creación de obstáculos en su trabajo y verificación en virtud del mandato que aprobó incluso la Federación de Rusia.
Lo confirman los hechos de la limitación del acceso de observadores de la Misión de Observación Especial de la OSCE a las áreas temporalmente no controladas por Ucrania, incluyendo a las adyacentes a la frontera estatal entre Ucrania y Rusia, del bloqueo de la actividad de la Misión por no proporcionar permisos para la expansión de su presencia sobre el terreno en los territorios no controlados, de la organización de unas protestas, pagadas y bien dirigidas, y la "oposición no armada" a las intenciones de la Misión de Observación Especial de la OSCE de cumplir adecuadamente sus funciones.
Es claro que la tesis sobre la llamada naturaleza doméstica del conflicto en Donbas, que la Moscú oficial está activamente tratando de imponer a la comunidad internacional, sólo es un intento de la Federación de Rusia para desviar la atención de su verdadero papel como organizador y participante directo en este conflicto.
Esa retórica del Kremlin se confirma por la posición de la delegación de la Federación de Rusia en las negociaciones en Minsk, donde ella trata de actuar como observador y abogado de los grupos armados ilegales de ciertas áreas de Donbas en lugar de obligarlos a aplicar plenamente los acuerdos de Minsk.
Además, Rusia demuestra tal comportamiento acerca de los acuerdos del "formato de Normandía", negando su aplicación o tratando deliberadamente de distorsionar su contenido. En particular, se refiere a los principios de la dilución de las fuerzas a lo largo de la línea de demarcación que fueron acordados por los asesores militares de este formato los días 15–16 de junio de 2016.
Debemos admitir que los líderes de militantes en Donetsk y Lugansk y sus curadores del Kremlin eligieron deliberadamente el camino de una nueva escalada del conflicto en lugar de la solución pacifica a través de la aplicación coherente de los acuerdos de Minsk.
Es claro que unas provocaciones armadas, por los grupos armados ilegales, demandarán unas acciones decisivas de las Fuerzas Armadas de Ucrania en respuesta para que los terroristas nieguen de sus planes de la escalada forzada del conflicto.
Siguiendo estrictamente sus compromisos, la parte ucraniana seguirá haciendo todo lo posible para que la gente en Donbas deje de fallecer y en los territorios temporalmente ocupados sean renovados la vida pacífica, el orden constitucional y el respeto de los derechos humanos.
Exigimos a la Federación de Rusia como parte de los acuerdos de Minsk que urgentemente cumpla con sus obligaciones y retire, del territorio de Donbas, militares, mercenarios y armas, termine los envíos ilegales de armas y equipo militar a militantes, desbloquee el trabajo de la Misión de Observación Especial de la OSCE.
Nos dirigimos a los socios internacionales para que refuercen la presión política y diplomática sobre el Kremlin para que él termine la peligrosa escalada de la tensión en Donbas.