El 10 de febrero los terroristas controlados por Rusia cometieron otro crimen sangriento. Como resultado de los bombardeos, realizados por ellos, con sistemas de lanzacohetes múltiples contra la ciudad de Kramatorsk fallecieron al menos 12 personas, otros 64, entre ellos ocho niños, resultaron heridas. Expresamos nuestras sinceras condolencias a las familias de las víctimas y la esperanza de una pronta recuperación de los heridos.
Lamentablemente, en medio de crecientes esfuerzos de Ucrania y de la comunidad internacional para asegurar el alto el fuego total y la implementación de los acuerdos de Minsk, las acciones de los terroristas demuestran sus intentos de ampliar el territorio del conflicto armado.
No se puede nombrar este hecho sino como una represalia dirigida contra la población civil de la ciudad, cuyos habitantes nunca quisieron ni quieren tener nada que ver con los grupos terroristas. Cabe destacar que esta provocación ha ocurrido tradicionalmente en un momento en que surgió una frágil esperanza de llegar a los acuerdos para resolver la situación y establecer una paz sostenible en el Donbas.
Nadie debe dudar que los autores de este y otros homicidios de civiles serán llevados a la justicia.
Reiteramos que la responsabilidad por todos los crímenes de los grupos armados ilegales en el Donbas, que son cometidos con armas rusas y con la participación de ciudadanos rusos, cabe a la Federación de Rusia.
Exigimos que Rusia cese de inmediato el apoyo a grupos terroristas en las provincias de Donetsk y Luhansk, que retire todas sus armas de Ucrania, así como el armamento y personal militar según lo previsto por los acuerdos de Minsk.
Esperamos que este crimen, sus autores y quienes están detrás de ellos sean condenados categóricamente por la comunidad internacional.