Estos días estamos recordando una de las páginas más trágicas de la historia ucraniano-polaca. Estamos convencidos de que cualquier vida humana es invalorable. Por esto, honramos la memoria de todos los fallecidos en consecuencia de la tragedia de Volyn.
Condenamos firme e inequívocamente los crímenes contra la población local – ucranianos, polacos, judíos, checos y otros afectados.
Al mismo tiempo, no podemos estar de acuerdo con la evaluación unilateral y politizada de los acontecimientos trágicos de 1943-1944 por parte de algunos políticos y diplomáticos polacos.
La verdad sobre los sucesos de entonces tiene que ser establecida en base a los materiales de archivo fehacientes. Son inadmisibles las tentativas de manipular la historia trágica, su interpretación unilateral y utilización para fines políticos. Eso apenas sirve para excitar las emociones negativas entre ucranianos y polacos y no contribuye a la búsqueda de la verdad.
Creemos que el diálogo entre los historiadores y los expertos será restablecido en breve, todos los momentos controvertidos serán estudiados y analizados en el espíritu de la comprensión y el respeto mutuo y la responsabilidad por el futuro de las relaciones entre nuestros países y pueblos.