El 6 de marzo de 2019 en la reunión del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania el Presidente de Ucrania Petró Poroshenko expresó la posición clara del apoyo a los EEUU en su decisión de abandonar el Tratado de Eliminación de Misiles de Alcance Intermedio (INF).

En las condiciones de la violación por parte de la Federación de Rusia de las estipulaciones del Tratado INF, la parte norteamericana hizo valer el Artículo XV del documento que permite abandonarlo para defender la soberanía estatal, en caso de surgimiento de circunstancias excepcionales que amenazan sus intereses supremos.

Una vez que la Verjovna Rada de Ucrania nunca ratificó dicho Tratado, Ucrania cumplía consecuentemente las estipulaciones del Tratado IMF, de hecho, de manera voluntaria. En este contexto, es especialmente ofensivo el hecho de la violación del documento por Rusia que es su parte de pleno derecho.

Con el decreto del presidente ruso del 4 de marzo de 2019 sobre la suspención de la participación en el Tratado INF, Moscú ha vuelto a confirmar que el cinismo es el principio fundamental de la política estatal de la Federación de Rusia. Pues fueron las múltiples violaciones groseras del Tratado por parte de Rusia lo que llevó a su disolución.

Ucrania, junto con sus socios estadounidenses, condenó el desarrollo y el teste por Rusia del misil balístico RS-26 “Rubezh” con alcance de cerca de 2200 km, así como la ampliación de las capacidades combativas del conjunto misilístico operativo-táctico “Iskander-M”, en particular, a través de la modernización de misiles de crucero que lo integran. Fue precisamente el conjunto “Iskander.M” que fue detectado durante las maniobras militares en el territorio ocupado de Ucrania en la República Autónoma de Crimea.

Una eventual presión de Rusia sobre los socios europeos de la OTAN por medio del abandono del INF, cuyo objetivo es establecer el control total de Moscú sobre una amplia región desde el Báltico hasta el Mediterráneo, crea una seria amenaza a todo el continente europeo.

Ucrania se reserva el derecho de crear sistemas de armamentos necesarios para asegurar su capacidad defensiva, incluidos los respectivos sistemas de misiles.